coming down

A veces está bueno ser inconsciente del dolor ajeno, de tu propio dolor, ignorar las cosas que sabes que te van a hacer mal, porque evitas sufrir, y cuando no podes evitarlas no las sentís, no te duele porque te acostumbraste o porque no queres sufrir más y desarrollaste cierta inmunidad al dolor. Ves como todos a tu alrededor sufren y vos estás ahí, sin entender por qué si a vos no te duele o sabes que no es "el fin del mundo", vos estas bien, no sentís dolor, no te molesta, no sufrís. y es justamente esa frialdad la que te cambia, la que te hace ver el mundo de otra manera.. aprendes a ver cosas maravillosas de la vida que antes no sabías que existían, empezas a hacer cosas que antes no hacías por miedo a que otras personas lo vean mal o a vos te haga mal, te fijas un poco más en vos y te empezas a querer, a aceptarte tal cual sos, a no hacerte tanto problema por la estética o porque tenes defectos/costumbres que la mayoría de las personas no tiene. Perdes la noción de la gravedad de las cosas, crees que todo en tu vida está bien, te olvidaste de cómo se siente estar triste o mal, te preocupas, o tal vez no.. hasta que te acordas por qué decidiste dejar de sufrir, dejar de sentir. Tenes recuerdos tan nublados de esa época oscura de tu vida, en la que solo contabas con vos mismo, que queres borrar esos recuerdos aunque sabes que no vas a poder, que siempre van a permanecer ahí. Y de repente, cuando sentís que por fin estás bien y superaste todas esas cosas que te hacían mal, aparece algo (o alguien), un algo que te cambia, un algo que te recuerda lo que fuiste, lo que sos y lo que vas a ser siempre, porque ese algo te condenó sin que lo supieras y sin que quisieras, porque ese algo te cambió, te hizo querer ser otra persona, querer ser feliz.. pero siempre vuelve, para recordarte que nunca vas a poder olvidar ese algo, porque siempre te va a perseguir, porque es parte de vos.